Si la
paciencia es la madre de la ciencia, yo, debo tener mucha…
Olvidado y
en lamentable estado (véase la foto), se encontraba el palanganero que algún
día fue útil para el aseo personal de algún antepasado.
Abundante
fue la paciencia que necesité para devolverlo a su semejanza… tratamiento,
decapado, horas de remojo… sí, remojo. Para retornar la forma al toallero, mi
madre me enseñó que, sumergiendo la pieza en agua durante unos días, facilita y
da flexibilidad a las piezas que se han desajustado y, así lo hice.
Hubo que
sustituir la base y, una vez rellenado agujeros y grietas, encolé, pinté y
barnicé en color teca.
Actualmente,
el mueble permanece listo para ser usado como objeto decorativo.
Antes...
Después...
Eva
Ainda teen este.
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